CONOCE TU MICROBIOTA

MICROBIOTA Y SALUD

Nuestra salud y bienestar dependen en gran medida de la cooperación entre los sistemas que lo conforman (inmunitario, hormonal, neurológico, muscular entre otros). La sinergia entre ellos permite al cuerpo un correcto funcionamiento, evitar complicaciones como una infección y el crecimiento de células defectuosas (precancerosas). Junto a estos sistemas los ha acompañado el microbioma que ha pasado desapercibido durante mucho tiempo y que se relaciona cada vez más con nuestra salud y el desarrollo de enfermeades (Diabetes, cardiopatías, enf. intestinales etc..)

¿Y qué es el microbioma o la microbiota?

El microbioma humano es nuestro segundo “yo”; lo encontramos tanto sobre la piel y sobre el cuero cabelludo y en todas las cavidades corporales, desde la nariz, la boca, el ombligo, la vagina y el fluido vaginal, el útero, el semen y en todo el sistema digestivo.

Cuando hablamos de una parte específica del cuerpo nos referimos a ellas como “microbiota”.

¿De qué se compone?

Es la suma de bacterias, levaduras, hongos y arqueas.

Son todo un sistema, ya que conviven entre ellas y en simbiosis con nosotros, aprovechan nuestro cuerpo para vivir y nutrirse, a cambio nos ofrecen proteínas funcionales (enzimas), protección, antioxidantes para mantener el equilibrio de nuestro organismo, energía y parte de las vitaminas que precisamos a partir de los alimentos que tomamos.

¿Y de qué depende su buen funcionamiento?

Dependen de nuestra genética que recibimos al nacer, del entorno en el que vivimos (ciudad o naturaleza) y sus condiciones (Contaminación, calidad del aire, exposición a metales o químicos y bacterias u hongos etc…), de terapias antibióticas continuadas y  de nosotros mismos a través de nuestros hábitos de ejercicio, de sueño, de nuestras emociones y pensamientos, de la alimentación y de hábitos tóxicos.

¿Y por qué todo el mundo habla del intestino?

En él habita el 90% de las bacterias y arqueas, se trata de millones de bacterias con su propia carga genética, crecen, se multiplican en función de nuestras necesidades y dependiendo de nuestros hábitos, nos acompañan en cada acción comunicándose con nuestro cerebro a través de un red compleja de señalizaciones celulares (El wifi celular) para informarnos en todo momento de nuestras necesidades y así el cerebro dirige las funciones de nuestros órganos para cubrirlas.

 

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